Unidos Por Medio Oriente

Oraciones llenas de denuedo

Todos nosotros somos el fruto de oraciones que muchos creyentes han hecho a lo largo de la historia. La iglesia ha permanecido hasta nuestros días por ese remanente de hombres y mujeres que se han mantenido orando.

Hoy me gustaría hablarte de cuatro oraciones llenas de denuedo y riesgo, pero que conectaron con el corazón de Dios:

1 – “Dame Escocia o me muero” – John Knox

Esta fue la oración de un predicador escocés llamado John Knox. ¿Te imaginas tener la osadía de pedir por la salvación de las personas de esa manera? Dios le permitió dirigir la Reforma protestante de Escocia. La oración de John Knox debe servir de inspiración para orar así por nuestras naciones y poder levantar un verdadero clamor por la salvación de las almas.

2 – “…si me concedes un hijo, te prometo que te lo entregaré de por vida y que nunca se rapará la cabeza.” – Ana

Conocemos la historia y sabemos que este niño fue el profeta Samuel. El anhelo de Ana por tener un hijo era muy grande, pero el anhelo de Dios de tener un sacerdote y profeta era mucho más grande. Ana no solamente pidió, también escuchó lo que Dios quería. Esta oración no es únicamente para las mujeres que no han podido tener hijos en lo físico, también debe animarnos a orar que Dios nos conceda hijos e hijas espirituales.

3 – “¿Crees que Dios puede darnos cien mil almas ahora?” – Evans Roberts

Por casi trece años, un jovencito estuvo perseverando en las tres reuniones de oración de su iglesia, clamando por el avivamiento de Gales. Evans llegó a ser pastor de una pequeña iglesia. Un día, hablando con uno de sus amigos, le dijo: “Vamos a ver el avivamiento más poderoso que Gales haya conocido, y el Espíritu Santo está por venir ahora. Debemos estar listos, debemos ir por todo el país predicando: ¡¿Crees que Dios puede darnos cien mil almas ahora?!”

En seis meses, cien mil almas vinieron a Cristo. Se cerraban todos los comercios durante las reuniones, se cancelaban los partidos de fútbol… hasta se les entregaron los guantes blancos a la ciudad porqué no se cometían crímenes. Esto fue la contestación de Dios a un joven que estuvo en viva comunión su Padre, sin desmayar ni retroceder. En viva comunión con el Padre, sin desmayar y sin retroceder. ¿Crees que Dios puede darnos cien mil almas ahora?

4. “Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo.” – el Rey Jesús

Nuestro Rey hizo esta oración al Padre pidiendo por sus discípulos. Esta oración sigue repercutiendo en nuestras vidas y aún lo hará en las generaciones que han de venir. Nos da sentido en esta tierra y en la venidera al lado de él. El Rey mismo ha pedido por nosotros.

No te canses de orar, ni de tener fe. ¡Sigue pidiendo y clamando por las almas¡ ¡Nuestro Dios es todopoderoso y Cristo será exaltado en todas las naciones!

Escrito por: Mizu Ravell

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