Unidos Por Medio Oriente

Lo que Dios espera de nosotros

Este año, mi esposa y yo nos dispusimos a orar por conocer lo que Dios quiere de nosotros en esta temporada y para saber lo que Él desea de nuestra familia y de nuestro servicio hacia Él: quizá comenzar un ministerio, alguna misión o encomienda especial; o hasta la construcción de algo nuevo y emocionante…

Sin embargo, resultó curioso cuando a la mañana siguiente, Dios de manera clara y concisa me respondió:

“Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios en cualquier circunstancia.
Esto es lo que Dios espera de ustedes, como cristianos que son”
– 1 Tesalonicenses 5:16-18. TLA

Confesaré que me sentí confrontado. Como muchos cristianos, deseo tener encomiendas especiales y heroicas para el servicio a mi Padre. Nunca imaginé recibir una instrucción tan “básica”.

Recordé la última película de Karate Kid en donde un joven entusiasmado por aprender cosas más avanzadas llega a la casa de quien va a se su maestro. Sin embargo, aquel joven recibe una única instrucción: “quítate la chaqueta, levanta la chaqueta, cuélgala, póntela y vuelve a hacerlo”. Así duró por varios días. Finalmente aquel muchacho entendió la importancia de aprender lo sencillo para luego aprender cosas más avanzadas.

A veces decimos en nuestro corazón: “Dios yo sé Biblia y he pasado varios cursos de formación en la iglesia, ya puedo hacer algo más avanzado”. Pero cuando volví a leer los versículos de 1 Tesalonicenses, contrario a lo que mi orgullo pudo hacerme creer, entendí que ese pasaje nos dice lo que Dios espera de nosotros “simplemente” por ser cristianos:

1) “Estén siempre contentos”: debemos vivir en el gozo de Dios;
2) “Oren en todo momento”: debemos cultivar nuestra relación con Él;
3) “Den gracias a Dios en cualquier circunstancia”: debemos tener gratitud tanto en los buenos momentos como en los malos.

Me di cuenta de que incluso en estas cosas estaba fallando. Al contarle a mi esposa todo esto, ella me dijo: “Recuerda que a quien es fiel en lo poco, Dios lo pone luego en lo mucho.”

Quizá te estés preguntando: “¿Por qué Dios no me dice qué debo hacer?”

Considera esta pequeña conversación:
– ¿Hijo, ya hiciste lo “básico” que te pedí?
– No Papá, aún no.
– Cuando lo hagas, te digo en que más me puedes ayudar.

Escrito por: Germán P. Camargo

Deja un comentario

Suscríbete a nuestro boletín

Recibirás una carta mensual de noticias en tu correo electrónico