Os compartimos esta reflexión de nuestra amiga Glenda:
Hace unos días vi un video sobre la persecución en países de intolerancia religiosa como India, Costa de Marfil, Chiapas-México, y observaba como personas eran quemadas, atormentadas, y hasta decapitadas por confesar que Cristo es el Señor de sus vidas.
Pensar que en pleno siglo XXI estos sucesos acontezcan aún es muy impactante, miramos con dolor y admiración a esos primeros cristianos que dieron su vida por amor al Evangelio. Pero, aún existen hombres y mujeres valientes que siguen entregando sus vidas por amor al Evangelio, defendiendo lo que creen, diciendo Jesús es Señor y Rey para siempre.
Los creyentes no podemos ni debemos ser ajenos a este tipo de realidades, somos un cuerpo y ellos necesitan nuestras oraciones, parece que ya no existen más mártires por causa del Evangelio y que sólo tenemos los primeros siglos de la historia de la iglesia para hablar de ellos. Pero no es así, ya que está mucho más cerca de lo que nos parece.
Tomamos el ejemplo de estos hombres valientes que no se acobardan al poner su cuerpo en peligro ya que se mantienen firmes, mirando a Cristo, el autor y consumador de nuestra fe.
La intención es que por medio de esta pequeña reflexión podamos orar por estas personas, dando gracias al Señor por esas voces que proclaman el Evangelio sin importar el precio a pagar, ya que la única motivación es compartir la obra de Cristo y el mensaje de esperanza a la humanidad.