Alguna vez te has preguntado: ¿Qué hace que un hombre o una mujer deje todo por irse a las misiones? ¿Será que entiende las consecuencias de las decisiones que está por tomar? ¿Por qué no “disfruta” un poco más su juventud? ¿Por qué no escoge otra nación, una menos “peligrosa”?